

Nosotros vivimos en una granja. En ella tenemos una cuadra con caballos.
En mi familia somos cinco: mi abuelo, un gran jinete; mi padre, mi madre, mi hermana y yo.
Ene esta vida me suicidaria de no ser por dos cosas Perry, mi caballo, y Pepe, mi abuelo. A mi padre no le importo en absoluto, es más, creo que me tuvieron de penalti. Mi madre, me da la sensación de que cree que no existo. En su mente solo y tan solo está Isabel, mi hermana de tres años, Cuando desaparezco, nadie, se percata, menos mi abuelo, él es el único en el que confio, por él que me levanto ttodas las mañanas él y mi caballo son mi familia. Son todo lo que tengo. Ellos... son mis hérpes.
Anoche mi padre fue a enborracharse con los colegas. Mi madre se fue con sus amigas a bailar sevillanas en la playa, con la hoguera y a la luz de la luna. Mi abuelo se quedó en casa con mi hermana, y yo. Yo me fui con Perry. Cabalqué por el bosque bajo las estrellas. Sentir el aire en la cara bajo la luna y los astros era lo que más me gustaba.
Cuando volví a casa, me horroricé, pues delante de casa había una ambulancia. Creí que era por que a mi padre le había dado un comaetílico, o que a mi madre le había pasado algo. Ingenua de mí...
Nada más entrar por la puerta, encontré lo que jamás imaginé; el cuerpo de mi abuelo, tendido en el suelo, sin vida. Los médicos le estaban haciendo la reanimación cardiaca, pero nada, falleció por parada del corazón.
Casi me desmayé, de hecho lo hice, pero al poco me recuperé. Cojí el collar que estaba sobre su cuello y me lo guardé.
Estuve llorando toda la noche, entonces, a las cuatro de la madrugada, me levanté de la cama, ya que sabía que no pegaría ojo en toda la noche. Me dirijí a la cocina y escuché a mis padres:
-Debemos hacerlo. - dijo mi padre.
-Pero la niña le tiene mucho aprecio. - respondió mi madre.
-¡Necesitamos el dinero! Mataré al caballo y punto - gritó mi padre
-De acuerdo- susurró mi madre
Yo me escondí en la cuadra y logré dormirme. Cuando desperté mi caballo no estaba. Pregunté a mi padre y me conto que mató al caballo por simple y sucio dinero.
Las dos cosas que mas amaba en el mundo se habían marchitado.
Fuí a la cocina, cojí un cuchillo y entre lágrimas y sollozos me rajé las venas y fallecí al instante.
Hola abuelo, hola Perry, por fin estaré con vosotros eternamente.
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