El vagabundo el perro y...ESO

Eran las dos y media de la madrugada . Estaba vagando por las calles de Nueva York en busca de algún resto de comida sobrante de un restaurante cuando ví un cubo de basura. Me acerqué a él sigilosamente, por si salia el dueño del restaurante y lo abrí cautelosamente. En ese instante me percatée de que alguien se me había adelantado. Un chucho enorme de color rojizo estaba comiendo todo cuanto había en el cubo. Obviamente no me hizo ninguna gracia, ya que no había comido nada desde el día anterior. Así que decidí auyentarlo para que me dejara algo. Pero en cuanto lo hice, se encendió una chispa en sus ojos que no se cómo ni por qué me hizo cambiar de opinión. Así que dí media vuelta y por el mismo camino que vine me fuí, pero empecé a notar una cosa peluda en mi mano. Cuando fuí a ver, era el mismo perro, que traía un gran trozo de carne entre dientes y me hacia una seña de que lo cogiera para mí. Sin mas preámbulos lo cogí y lo partí por la mitad.

Nos fuimos a mi casa, que viene a ser, debajo de un puente del Central Park. Ahí tengo un par de botellas medio vacías de JB y Ballantines. Adoro esas bebidas. Para dormir tengo una simple manta sucia y mugrienta. Nos dormimos.

En los años que llevo no me ha descubierto las policia y me alegro.

Acabé así porque me quedé con un poco de dinero de más en los negocios y me pillaron. Me despidieron. Tuve que devolver ese dinero y más. No tenía rumbo ni casa porque me la embargaron. A mi familia le doy vergüenza ajena y ya me tienen olvidado, así que huí y me escondí en el amargo silencio de una vida solitaria.

Como cada día me fuí al metro a que me dieran algo, pero esta vez me llevé a Rufus, que así es como llamé a aquel perro. Gané más dinero de lo normal, supongo que resultaba gracioso ver a un perro pidiendo limosna. Ya puestos a parecer gracioso, me encontré a un gato atropellado a cuatro manzanas del Central Park. Lo cogí, busqué otro vaso de café en la basura del Starbucks y lo coloqué al lado de Rufus. Dabamos tanta pena y a la vez tan graciosos que nos pagaron más.

No es que mi vida ahora sea de lo más, pero por lo menos ya no tengo ese aspecto tan...Espantoso.